Un alimento es toda sustancia comestible o
bebible que consta de componentes que pueden ingerirse, absorberse y utilizarse
por el organismo para su mantenimiento y desarrollo.
Desde un punto de vista químico, los alimentos
tienen la siguiente composición:
1.
Hidratos de carbono o sus constituyentes.
2. Grasas o derivados.
3. Proteínas o sus derivados.
4. Vitaminas o precursores con los que el organismo puede elaborarlas.
5. Sales minerales.
6. Agua.
Por lo tanto, todo lo que comemos es una mezcla
de compuestos químicos.
A principios del siglo XIX, el filósofo Malthus (1766-1834)
hizo el pronóstico de que en unas décadas la humanidad iba a desaparecer por
falta de alimentos. Evidentemente se equivocó.
La química ha jugado un papel muy importante en el
mundo agrícola; proporcionando sustancias químicas que
mejoran las cosechas (abonos, fertilizantes), protectores de plagas
(plaguicidas, pesticidas) y aditivos para cosechas (quelantes de cationes).
Todas estas sustancias químicas tienen un papel
beneficioso para el ser humano si se usan en la dosis adecuada.
La química proporciona productos que cuidan la
salud de nuestro ganado y acuicultura.
También es importante destacar que actualmente podemos
conservar los alimentos más tiempo y no dependemos, como antes, de un consumo
temporal y rápido. Esta situación permite organizar mejor la
distribución de alimentos. Aunque en la antigüedad ya se conocían algunas
maneras de conservar alimentos (sales, salazones, ahumados, etc.), estos
métodos modificaban su sabor y propiedades. Actualmente disponemos de
sustancias químicas más versátiles y con mejores propiedades para conservar
alimentos durante más tiempo.
Un aditivo alimentario es una sustancia química,
que se añade a los alimentos, sin propósito de cambiar su valor nutritivo,
principalmente para alargar su periodo de conservación, para que sean más
sanos, sepan mejor y tengan un aspecto más atractivo. Los aditivos se
clasifican según su función en:
a. Colorantes: modifican el color.
b. Edulcorantes: modifican el sabor
c.
Aromatizantes:
modifican el olor.
d. Conservantes: impiden alteraciones químicas y
biológicas.
e.
Antioxidantes:
evitan la oxidación de los componentes de alimentos.
f.
Estabilizantes:
mantienen la textura o confieren una estructura determinada.
g. Correctores de la acidez.
h. Potenciadores del sabor: refuerzan el sabor de
otros compuestos presentes.
Sobre el efecto para la salud de los aditivos
alimenticios se podría decir que el uso y la producción de algunos de ellos
(ejemplo, los colorantes) pueden ser perjudiciales para la salud.
Actualmente se han incorporados nuevos
alimentos a la sociedad, es
cierto que algunos de ellos tienen
una serie de ventajas descritas a sus cualidades nutricionales y sanas. Sin embargo recientes estudios contradicen otras
ventajas atribuidas a estos Alimentos por
lo que es necesario un estudio de sus verdaderas diferencias frente a los
alimentos habituales.
Dentro de los grupos de alimentos
formarán parte una serie de cuatro grupos de productos que actualmente están envolviendo
el mercado alimenticio: los alimentos funcionales, los alimentos ecológicos, los alimentos procedentes de organismos modificados genéticamente y los nuevos
productos dietéticos.
Todos los cocineros y son químicos y
todos los químicos son cocineros, aunque lo desconozcan. De hecho, la química
empezó en la cocina y fueron los primeros hombres y mujeres los que produjeron
reacciones químicas y transformaciones moleculares, asando alimentos, cociéndolos,
mezclándolos, sazonándolos, friéndolos, filtrándolos, espesando salsas y
destilando líquidos, llegando incluso a dominar prácticamente algunas
operaciones bioquímicas, como la fermentación para producir cerveza y miles de
clases de quesos, panes y vinos. Todas estas operaciones se efectuaron para
conservar los alimentos y hacerlos más digeribles y atractivos, modificando su
estructura molecular.
Bibliografía:
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